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No todas las aves se dejan ver fácilmente durante el día, pues su actividad comienza cuando cae la noche y, mientras descansan, permanecen ocultos a nuestros ojos gracias a su críptico plumaje. Estas especies utilizan peculiares -y en algunos casos familiares- sonidos para comunicarse, y es mediante su canto cómo podemos detectar su presencia. Comenzando al anochecer, realizaremos un recorrido por la Dehesa de Abajo, para intentar descubrir las diferentes especies de rapaces nocturnas que habitan allí (cárabos, mochuelos, autillos....) y con suerte algún chotacabras.
Realizada por Brinzal, una organización sin ánimo de lucro creada en 1986 y dedicada al estudio, conservación y rehabilitación de las rapaces nocturnas.
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